¿Por qué a mi? ~ 1°

"Resultados de la prueba de admisión universitaria [1/2]"

Primero que todo, debes saber dos cosas: La primera es que hoy se publicaban los resultados de la prueba ya antes mencionada, sí, en el título, y según el puntaje que obtenía podría optar por mejores o peores universidad, o a la carrera universitaria que quería o sólo a la que me alcanzara. O sea, con mejor puntaje, mayor posibilidad. Menor puntaje, escasas posibilidades de elección.

Segunda cosa que debes saber: Soy (probablemente) la persona con mayor mala suerte del mundo, porque lo que estás a segundos de leer, son cosas que sólo me pasan a mi.

Los resultados se publicaban a las ocho de la mañana, por lo que comprenderán que no quería estar despierta a esa hora para torturarme con los números que me dirían que haría en los próximos cinco años de mi vida. Por lo que me levanté a las nueve de la mañana, me preparé mentalmente para no ponerme nerviosa (cosa que ya lo estaba, y mucho), luego fui por una deliciosa taza de té a la cocina y me senté en el comedor con mi portátil preparada para el golpe bajo que iba a recibir. 

[A esta hora de la mañana, ya me habían hablado todos mis hermanos, dos tías, y tres ex-compañeros de curso que estaban ansiosos por saber mi resultado]

Ingresé a la página web donde tenía que anotar mi usuario y mi contraseña (A este nivel ya estaba muerta de nervios, creo que hasta lo dedos de mis pies estaban doblados) y esperé después de presionar "Enter". Y esperé...esperé...esperé...¡Pero no pasaba nada! ¡Nada de nada!

La contraseña no servía. Probé con otras dos y nada. No había respuesta. Intenté entrando a la sección de "Olvidé mi contraseña" pero me solicitaba responder tres preguntas, de las cuales solo dos me acordaba de la respuesta. Si lo intentaba muchas veces...amenazaba con bloquearse. 

Después de esa gran premonición...comenzó mi tic en el ojo. Y los mensajes de las personas que conozco...seguían llegando, torturando la aplicación de mensajería como si me estuviesen pidiendo la receta del elixir de la vida eterna.

Respiré hondo, no tanto, porque tenía miedo de explotar. 

Busqué en la misma página algún número para contactarme y me ayudaran con ésta extrema situación. Marqué al número, el cual en cada ocasión (siete veces) me enviaba a esas estresantes grabaciones que me dejaba esperando...por más de quince minutos. No había respuesta. Pero no estaba dispuesta a rendirme, aunque la presión cada vez era mayor.

Meterse a twitter para comprobar si alguien más tenía mi problema fue muy mala idea, pues todos ya conocían sus resultados. Nadie había publicado de tener algún inconveniente con su contraseña.

Tecleé como desquiciada cada enlace de la página que pudiera darme alguna información o tip que me sirviera para arreglar mi problema, hasta que encontré que había un local en mi ciudad donde podría llamar. La chica que me contestó me informó lo equivocada que estaba al llamar a su oficina, pero (creo) que al escuchar la desesperación en mi voz, fue lo suficientemente amable como para dictarme dos números más donde podría consultar. Le agradecí como si ella hubiese logrado la paz mundial. 

Llamé al primer número, pero me marcaba desconectado. 

[Estaba a segundos de tener un colapso nervioso, y mi hermano mayor ya estaba llamándome al móvil para obtener detalles de los resultados, y en mi desesperación...le corté. Eso...solo logró que me llamaran todos mis hermanos en orden del mayor al menor. Les corté a todos.]

Después de todo la tortura de llamadas a mi pobre móvil, llamé al segundo número...que sonó ocupado. Consultando el registro me doy cuenta ahora que llamé exactamente dieciocho veces a dicho número, pero contestaron al fin. ¿Que me dijeron? ¡Que se podía solucionar el problema! Pero no a través de una llamada, tenía que ir a la centro de extensión donde me podrían ayudar, aunque no había nada seguro. ¿Qué creen que hice? ¡Corrí! 

Aún estaba en pijama, por lo que, cuando me fijé que me duché, vestí y maquillé en solo quince minutos, supe que los nervios eran más grande que el misterio de cómo me había convertido en flash por solo un momento.

Continuará...

Alex S. Blue